viernes, 26 de julio de 2019

Hacerse amigos...




Hoy bajé al pueblo con muy poco dinero. En el camino me encontré a un chico con quien, retardadamente, decidí compartir algo de la comida [fruta] que llevaba con ese propósito, pero, por alguna razón de distracción en la caminata, tuve que regresarme un par de veces, pues, la idea no fue instantánea ni ello fue un acto totalmente libre para tratar de corresponder a quienes me han servido, ayudado o alimentado en más de ½ docena de veces y formas. 
 
Al principio, compartí una insignificancia (menos de 1 Kg) y, debido a una pregunta que el muchacho me hizo, decidí darle otra fruta más grande, en caso que las pequeñas no estuvieran a su gusto o satisfacción (repito que fui parco, porque guardaba otras 3 piezas para la posible emergencia de pagar el pasaje del vehículo que me sacase del poblado en que vivo, no teniendo dinero en efectivo). 
 
Al descender la montaña, me encontré con un tío del mismo chico y, como teníamos meses sin vernos, decidí quedarme un rato, hablando con él, sentado sobre las ramas de un árbol, conversando cosas y poniéndonos al tanto del apagón nacional y otras noticias funestas. Antes que llegara un vehículo de transporte, los cuales son muy infrecuentes ahora en la crisis nacional venezolana, llegó la hermana de este sujeto, la mamá del muchacho a quien regalé las lechosas, cargando las mismas y preguntándome si, en efecto, yo había hecho tal regalo y, a modo de broma, confirmé que ella me había hecho más de un favor junto con una docena de veces que me había regalado un vaso de agua.
 
[Hay favores impagables, inmerecidos, que no deben olvidarse]. 
 
Subimos a un camión de carga sin techo, los que están en usanza para transportar pasajeros y sin la comodidad de los debidos asientos. Llegamos al pueblo más cercano y, luego de una conversación, resultó que mi amigo, en medio de toda la cháchara, preguntó si tenía dinero, a lo que respondí que vine al pueblo a cobrar una deuda en mora de hace un mes y que escasamente tenía 300 Bs, los cuales mostré en mi cartera, puesto que no servirían para pagar un pasaje de 1500 Bs con destino a ninguna parte… Mi amigo sacó 2 mil Bs y me los dio, aparte de los 1500 Bs que sacó para pagar mi pasaje hasta el pueblo: 
 
-- ¡Jorge, te debo entonces 3500 Bs!
– ¡Qué va! –replicó ipso facto– No me debes nada. En todo caso, me los pagas con cualquier cosita que en el futuro me hagas cuando tus favores se necesiten.
– No te doy una de las lechosas que me quedan, pues, en caso necesario, las usaré para completar el negocio en el que me deben o para pagar el pasaje de regreso.
– ¡Ud. quédese tranquilo! –agregó despidiéndose, al revisar su teléfono, el cual volvió a recibir señal, debido al apagón eléctrico nacional en el pueblo que volvía a tener electricidad.
 
¿Cuál es la moraleja de esto? El dinero que tanto escasea en mi bolsillo, llegó en la cantidad necesaria para pagar mañana mi pasaje a Caracas y, aunque trate de corresponder a mis deudas, nunca corresponderé a pagar los favores de los amigos que he tenido ¿Acaso el difunto hermano de Jorge no fue un hermano para mí? 
 
Todas las cosas que hemos compartido en 20 años ¿pueden cuantificarse para un total saldable del cual pueda decir “no estoy en deuda con nadie”? ¡Estoy en deuda con todos!
 
Pero Yo les digo: háganse amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando les falten, los reciban en las moradas eternas.” (Lucas 16:9)
 
En esta crisis sale a flote lo mejor y lo peor de nosotros. Cuando los expatriados regresen a este país (algo que me parece difícil e ilógico) todos ellos traerán las experiencias y los valores que, acá, por negligencia y miseria moral perdimos.
 
Eso de hacer amigos con las riquezas injustas, quitándole cosas a uno para darle a otros (a expensas del bien ajeno, de la propiedad de terceros o del trabajo de otros) no es que seamos ladrones al estilo Robin Hood, sino dadivosos con lo que nos corresponda a lo posible a nuestro alcance y sin robarle bienes a nadie [puesto que es un mandamiento necesario NO ROBAR]. 
 
¿No es injusto trabajar 8 horas al día para ganar menos del dinero que necesitamos para cubrir las necesidades alimentarias de 24 horas? Con un sueldo mínimo de 40 mil Bs mensuales, Ud. ni nadie puede alimentarse más de una semana y, si un kilo de harina de trigo o de maíz ya está por más de 10 mil Bs, si la lechosa ya vale más de 10 mil bs/Kg, etc., uno ya sabe que el anatema del comunismo subvalora el costo de la mano de obra para hacer que la inflación especulativa perdure a favor de quienes comercian con la tolerancia de las necesidades vitales de tu alma.


Estas riquezas injustas lo son debido a que, por un lado, no hacemos el tedioso e incómodo trabajo del labriego que hace las faenas del campo. No soportamos el sopor del calor del largo día, nuestro pago nunca llega totalmente al obrero que produce nuestros alimentos, sino al intermediario, al transportista revendedor y, aunque el costo es definitivamente alto por un kilogramo de mando o lechosa, la gloria de Dios es quien hace que los frutos se produzcan de la tierra y de cada planta, puesto que los fertilizantes y pesticidas que usaría cualquier campesino ya están fuera del alcance del costo de cada agricultor artesanal y, lo digo con propiedad, pues, ha visto a mi hijo labrar la tierra durante meses, lo he visto padecer el hambre para producir maíz y tomates y, aunque compartí mi comida para suplir las inmediatas necesidades biológicas de su cuerpo, hubo momentos en que no pude alimentarlo bien, no pude evitar estar ausente durante sus 3 meses para que cosechara algo y, cada vez que vendió lo que la tierra la produjo sin fumigar, los gusanos y otras pestes silvestres le comieron una buena cantidad de lo cosechado y, si hubiera llevado la contabilidad y el volumen de esa pérdida, la habría calculado a más de 50%, razón por la cual estoy decepcionado [hasta de Dios] del sistema de gobierno que miles de venezolanos decidieron elegir a cambio de la tarifa de insignificantes bonos y, la madre de mis hijos y parte de su familia está de acuerdo en la miseria que ellos mismos eligieron con su derecho de voto ¡Y yo les veto!

jueves, 4 de julio de 2019

Toda deuda prescribe

¿Puede un niño decidir qué deudas aceptar o rechazar como impuesto moral nacional o deuda pública?

Nacimos en un país, no por elección nuestra, sino de nuestros progenitores y sus circunstancias.
Cada ciudadano venezolano debería reconocer el endoso de creencias y deudas que le habrán de tratar de cobrar con el chantaje político de la manipulación patriotera de la gente de turno en los gobiernos.

Tarde ya, mis padres debieron impedido el tutelaje del Estado sobre mi vida, pues, yo no contraje deudas al nacer y, el pasado no es mi deuda presente.

Así como en Argentina se iniciara un alzamiento independentista el 25 de mayo de 1810, también hubo otras intentonas en América, como en ese abril de 1810 o como hubo, tiempo antes, en Estados Unidos, a finales del 1700. ¿Estoy en deuda con el pasado ajeno?
¡No tengo deudas con el pasado de extraños!

Hace 200 años, las sociedades fueron manipuladas por ideas foráneas a sus compromisos o ideas personales. Si no las "endeudaron" con dogmas y cadenas religiosas, las ataron a la mitología de otra patriotería externa y, si aquellas deudas no prescribían frente a un señor feudal, las reconvertían a la sumisión de un rey y otras coronas y jamás habrá demócrata cuando se exalte o privilegie a un grupo por encima de otros, sea por razones de género sexual, por rol político o protagonismo económico: No hay real igualdad y, la "igualdad" no reconoce a individuos gemelos idénticos.
Constitucionalmente, somos "iguales" sin serlos: Soy "igual" si tengo medios económicos y políticos para hacerme valer y representar. Las deudas prescriben por cancelación o por prescripción y, en relación a patriotería, Venezuela canceló sus deudas con honores, bienes materiales y brebendss políticas en creces. Luego de 2 siglos, la exageración hizo mitos distintos de hombres, tan honorables como.improbos, a quienes se les dio culto en la religión de nuestra historia, como si sus valores personales fueran mayores que los nuestros, los nuevos y actuales.
¿Qué debo a Sucre, a Santander, Páez o a Bolívar?

Los bienes intangibles de la libertad son patrimonio común de todo el que intente cruzar una acera, con la luz de tránsito a su favor, con la adversidad del transgresor que violenta derecho individuales, tanto como colectivos.

¿A quién debo el aire, el sol o el suelo?


No los debo a nadie que me los haya dado o cedido por varias décadas.
¿Por qué pagar impuestos a un Estado que no fue padre ni hermano de aquello que sus vidas  vidas por un ideal o conspiración de ajenos?


miércoles, 3 de julio de 2019

Egipto (en José) Israel (en Jacob)

Fuera de contexto religioso del relato de la hambruna que azotó al mundo, la separación de José de su padre Jacob y el éxodo de esa familia, para luego salir de Egipto con la guía de Moisés es interesante.
No trillaré trigo con maíz. No haré analogías religiosas con ejemplos contemporáneos pero, ¿cómo dejar de ver el poder que tuvo el imperio de los egipcios, bajo la dirección de servidores judíos como segundones?

Israel, en la persona de Jacob y sus hijos, se dedicaron al pastoreo de ganado en Gesén; mientras José era el segundo en la logística alimentaria del faraón y, por tanto, clave de la economía, los ingresos per cápita, clave estratégica de otra expansión estratégica del poderío imperial que ya Egipto tenía esos días ¿Imaginas ser el número 2 del presidente de una nación poderosa y rica?

Hoy, también, Israel es uno de los socios de Estados Unidos en el entorno de esas naciones del cercano Oriente. Habría que revisar datos para determinar cuánto ventajosa sea esa relación en lo económico pero, en lo militar, creo que Israel no tiene rival en el aspecto militar en la economía militar de esa zona, particularmente por lo pequeño de la extensión de su estado. Aquella gente, en Gesén, ¿era mucho mayor que extraños y egipcios?
Al leer ese antiguo relato, se nota que Moisés vino al mundo cuando ya había un decreto para extinguir la vida de cada varón, a efecto de que la etnia de los israelitas no se reprodujera, para que su número de armas o combatientes no superara las fuerzas de los militares egipcios. ¿Era profilaxis racial o estrategia imperial nacionalista?

Hoy, los mismos criterios militares y ex pancionistas siguen vigentes para Egipto, Israel y para el resto de los países vecinos, mismo que cuentan con más población y menos agua y menos recursos económicos...