jueves, 4 de julio de 2019

Toda deuda prescribe

¿Puede un niño decidir qué deudas aceptar o rechazar como impuesto moral nacional o deuda pública?

Nacimos en un país, no por elección nuestra, sino de nuestros progenitores y sus circunstancias.
Cada ciudadano venezolano debería reconocer el endoso de creencias y deudas que le habrán de tratar de cobrar con el chantaje político de la manipulación patriotera de la gente de turno en los gobiernos.

Tarde ya, mis padres debieron impedido el tutelaje del Estado sobre mi vida, pues, yo no contraje deudas al nacer y, el pasado no es mi deuda presente.

Así como en Argentina se iniciara un alzamiento independentista el 25 de mayo de 1810, también hubo otras intentonas en América, como en ese abril de 1810 o como hubo, tiempo antes, en Estados Unidos, a finales del 1700. ¿Estoy en deuda con el pasado ajeno?
¡No tengo deudas con el pasado de extraños!

Hace 200 años, las sociedades fueron manipuladas por ideas foráneas a sus compromisos o ideas personales. Si no las "endeudaron" con dogmas y cadenas religiosas, las ataron a la mitología de otra patriotería externa y, si aquellas deudas no prescribían frente a un señor feudal, las reconvertían a la sumisión de un rey y otras coronas y jamás habrá demócrata cuando se exalte o privilegie a un grupo por encima de otros, sea por razones de género sexual, por rol político o protagonismo económico: No hay real igualdad y, la "igualdad" no reconoce a individuos gemelos idénticos.
Constitucionalmente, somos "iguales" sin serlos: Soy "igual" si tengo medios económicos y políticos para hacerme valer y representar. Las deudas prescriben por cancelación o por prescripción y, en relación a patriotería, Venezuela canceló sus deudas con honores, bienes materiales y brebendss políticas en creces. Luego de 2 siglos, la exageración hizo mitos distintos de hombres, tan honorables como.improbos, a quienes se les dio culto en la religión de nuestra historia, como si sus valores personales fueran mayores que los nuestros, los nuevos y actuales.
¿Qué debo a Sucre, a Santander, Páez o a Bolívar?

Los bienes intangibles de la libertad son patrimonio común de todo el que intente cruzar una acera, con la luz de tránsito a su favor, con la adversidad del transgresor que violenta derecho individuales, tanto como colectivos.

¿A quién debo el aire, el sol o el suelo?


No los debo a nadie que me los haya dado o cedido por varias décadas.
¿Por qué pagar impuestos a un Estado que no fue padre ni hermano de aquello que sus vidas  vidas por un ideal o conspiración de ajenos?


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