Hoy bajé al
pueblo con muy poco dinero. En el camino me encontré a un chico con quien,
retardadamente, decidí compartir algo de la comida [fruta] que llevaba con ese
propósito, pero, por alguna razón de distracción en la caminata, tuve que
regresarme un par de veces, pues, la idea no fue instantánea ni ello fue un acto
totalmente libre para tratar de corresponder a quienes me han servido, ayudado o
alimentado en más de ½ docena de veces y formas.
Al principio, compartí una
insignificancia (menos de 1 Kg) y, debido a una pregunta que el muchacho me
hizo, decidí darle otra fruta más grande, en caso que las pequeñas no
estuvieran a su gusto o satisfacción (repito que fui parco, porque guardaba
otras 3 piezas para la posible emergencia
de pagar el pasaje del vehículo que me sacase del poblado en que vivo, no
teniendo dinero en efectivo).
Al descender la montaña, me encontré con un tío
del mismo chico y, como teníamos meses sin vernos, decidí quedarme un rato,
hablando con él, sentado sobre las ramas de un árbol, conversando cosas y
poniéndonos al tanto del apagón nacional y otras noticias funestas. Antes que
llegara un vehículo de transporte, los cuales son muy infrecuentes ahora en la
crisis nacional venezolana, llegó la hermana de este sujeto, la mamá del
muchacho a quien regalé las lechosas, cargando las mismas y preguntándome si,
en efecto, yo había hecho tal regalo y, a modo de broma, confirmé que ella me
había hecho más de un favor junto con una docena de veces que me había regalado
un vaso de agua.
[Hay favores impagables, inmerecidos, que no deben olvidarse].
Subimos a un camión de carga sin techo, los que están en usanza para
transportar pasajeros y sin la comodidad de los debidos asientos. Llegamos al
pueblo más cercano y, luego de una conversación, resultó que mi amigo, en medio
de toda la cháchara, preguntó si tenía dinero, a lo que respondí que vine al
pueblo a cobrar una deuda en mora de hace un mes y que escasamente tenía 300
Bs, los cuales mostré en mi cartera, puesto que no servirían para pagar un
pasaje de 1500 Bs con destino a ninguna parte… Mi amigo sacó 2 mil Bs y me los
dio, aparte de los 1500 Bs que sacó para pagar mi pasaje hasta el pueblo:
-- ¡Jorge, te debo entonces 3500 Bs!
– ¡Qué va!
–replicó ipso facto– No me debes nada. En todo caso, me los pagas con cualquier
cosita que en el futuro me hagas cuando tus favores se necesiten.
– No te doy una
de las lechosas que me quedan, pues, en caso necesario, las usaré para completar
el negocio en el que me deben o para pagar el pasaje de regreso.
– ¡Ud. quédese
tranquilo! –agregó despidiéndose, al revisar su teléfono, el cual volvió a
recibir señal, debido al apagón eléctrico nacional en el pueblo que volvía a
tener electricidad.
¿Cuál es la
moraleja de esto? El dinero que tanto escasea en mi bolsillo, llegó en la
cantidad necesaria para pagar mañana mi pasaje a Caracas y, aunque trate de
corresponder a mis deudas, nunca corresponderé a pagar los favores de los
amigos que he tenido ¿Acaso el difunto hermano de Jorge no fue un hermano para
mí?
Todas las cosas que hemos compartido en 20 años ¿pueden cuantificarse para
un total saldable del cual pueda decir “no estoy en deuda con nadie”? ¡Estoy en
deuda con todos!
“Pero Yo les digo: háganse amigos por medio de las
riquezas injustas, para que cuando les falten, los reciban
en las moradas eternas.” (Lucas 16:9)
En esta crisis
sale a flote lo mejor y lo peor de nosotros. Cuando los expatriados regresen a
este país (algo que me parece difícil e ilógico) todos ellos traerán las
experiencias y los valores que, acá, por negligencia y miseria moral perdimos.
Eso de hacer
amigos con las riquezas injustas, quitándole cosas a uno para darle a otros
(a expensas del bien ajeno, de la propiedad de terceros o del trabajo de otros)
no es que seamos ladrones al estilo Robin
Hood, sino dadivosos con lo que nos corresponda a lo posible a nuestro
alcance y sin robarle bienes a nadie [puesto que es un mandamiento necesario NO
ROBAR].
¿No es injusto trabajar 8 horas al día para ganar menos del dinero que
necesitamos para cubrir las necesidades alimentarias de 24 horas? Con un sueldo
mínimo de 40 mil Bs mensuales, Ud. ni nadie puede alimentarse más de una semana
y, si un kilo de harina de trigo o de maíz ya está por más de 10 mil Bs, si la
lechosa ya vale más de 10 mil bs/Kg, etc., uno ya sabe que el anatema del comunismo subvalora el costo de la mano de
obra para hacer que la inflación especulativa
perdure a favor de quienes comercian con la tolerancia de las necesidades
vitales de tu alma.
Estas riquezas injustas lo son debido a que,
por un lado, no hacemos el tedioso e incómodo trabajo del labriego que hace las
faenas del campo. No soportamos el sopor del calor del largo día, nuestro pago
nunca llega totalmente al obrero que produce nuestros alimentos, sino al
intermediario, al transportista revendedor y, aunque el costo es
definitivamente alto por un kilogramo de mando o lechosa, la gloria de Dios es
quien hace que los frutos se produzcan de la tierra y de cada planta, puesto
que los fertilizantes y pesticidas que usaría cualquier campesino ya están
fuera del alcance del costo de cada agricultor artesanal y, lo digo con
propiedad, pues, ha visto a mi hijo labrar la tierra durante meses, lo he visto
padecer el hambre para producir maíz y tomates y, aunque compartí mi comida
para suplir las inmediatas necesidades biológicas de su cuerpo, hubo momentos
en que no pude alimentarlo bien, no pude evitar estar ausente durante sus 3
meses para que cosechara algo y, cada vez que vendió lo que la tierra la
produjo sin fumigar, los gusanos y otras pestes silvestres le comieron una
buena cantidad de lo cosechado y, si hubiera llevado la contabilidad y el
volumen de esa pérdida, la habría calculado a más de 50%, razón por la cual
estoy decepcionado [hasta de Dios] del sistema de gobierno que miles de venezolanos
decidieron elegir a cambio de la tarifa de insignificantes bonos y, la madre de
mis hijos y parte de su familia está de acuerdo en la miseria que ellos mismos
eligieron con su derecho de voto ¡Y yo les veto!
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